Pueden darse uno o más síntomas de los siguientes puntos:
- Sentir que no tienes ningún valor, que no sirves para nada.
- No sentirte valido para realizar ciertas cosas.
- Apreciarse de forma negativa y poco ajustada a la realidad.
- Sobre generalizar cuando se ha tenido un fracaso y llevarlo a todos los terrenos.
- Sentir miedo por los cambios. Salir de la zona de confort.
- Falta de objetivos, metas inalcanzables o irreales.
- Visión negativa.
- Pensamiento distorsionado, por ejemplo: «los demás son mejor que yo».
- Relaciones de dependencia o tóxicas.
- Sentimientos de auto-reproches o de culpabilidad.
- Sentirse poco valorado y poco querido.