Las experiencias situacionales pueden hacer que nos replanteemos nuestra autoestima, creyendo que no logramos nuestros objetivos en esas situaciones. Puede ser por las características tanto generales como globales de la situación como de la persona.
Las causas más habituales de tener la autoestima dañada son:
- Los juicios o exigencias erróneos que tengamos.
- La falta de auto-afirmaciones en uno mismo y de auto-refuerzos positivos.
- Criticarnos de forma reiterada, haciéndonos un auto-boicot.
- Ser demasiado rígidos y perfeccionistas, con el pensamiento o tareas impuestas, generando a si mismo inseguridad y culpabilidad.
- Las reglas inflexibles y auto-exigencias a sí mismo.
Las personas que tienen la autoestima dañada, suelen tener una visión disfuncional sobre sí mismas.
No son conscientes de lo que pueden llegar a hacer. Se marcan exigencias que no se adaptan a sus capacidades reales, sobre lo que deberían ser o lograr. Dejando de lado su amor propio y dando importancia a las opiniones de los demás, sobre lo que piensan de ellos.