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Melancolía, tristeza, alegría… Es una época que puede generar emociones intensas

Faltan apenas unos días para la Navidad, una época, sin duda, de contrastes, o la amas o la odias… ¿por qué tiene tanto peso una fecha como esta en nuestro estado de ánimo? Sin duda, durante esta época se suman varios factores que hacen que la persona para bien o para mal vea afectado su estado anímico.

 

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“Están los que adoran estas fechas porque todo se llena de luces, adornos y de momentos felices. Pero también están aquellos que no soportan este periodo estacional, esto puede deberse a que la persona se vea sometida a tener que interactuar con familiares o amigo con los que no tiene un buen trato. Otro factor puede ser a causa de la economía, ya que debido a que te gustan estas fechas afrontas los gastos inasumibles que generan estas, conllevando a encontrarte desolado por no poder dar todo aquello que te gustaría para los tuyos. Además, están aquellos que tienen dificultades con la alimentación, los excesos o escasez de comida y sueño en época vacacional, aumento de excesos con el alcohol o sustancias tóxicas, junto con el aumento del sedentarismo; es decir descuidando nuestros hábitos saludables”, nos detalla la psicóloga Carolina Lozano Fernández. Sin duda, todo ello hace que se encuentre con un pensamiento dicotómico sobre amo u odio la Navidad.

¿Cómo afectan estas fiestas a nuestro estado de ánimo?

Hay que tener en cuenta que el periodo o etapa por el que está pasando cada persona, es decir, su ciclo psicológico, puede que no coincida con las fechas estivales. Por lo que la persona difícilmente va a conectar con las dinámicas navideñas. “Esto se traduce en cambios en la forma de comportarse: mal humor, exceso de energía, cambios en los hábitos de sueño, alimentación, consumo de alcohol, tristeza, soledad, entre otros; cualquiera de ellos puede dar lugar en la persona para superar los pensamientos recurrentes sobre la pérdida de su familiar”, nos comenta la psicóloga.

Sentimientos negativosEstado de ánimo en Navidad

Lo cierto es que, en ocasiones, esta época nos afecta de forma especialmente negativa. “Estas fechas tienen diversos estresores que hacen que nuestra paciencia brille por su ausencia, que sumado a las exigencias de ‘lo que corresponde hacer en Navidad’ pues hacen que la persona este más irascible de lo habitual, puesto que conecta con mayor facilidad con las ambivalencias que perturban directamente a nuestro estado anímico”, apunta la psicóloga. Y es que incide en que se espera de nosotros que estemos felices, llenos de lo que se ha venido en llamar espíritu navideño, que hagamos actos de bondad, regalos para cada allegado y un sinfín de exigencias.

“No se tiene en cuenta que la persona puede no llevarse bien con su entorno, que sea una época difícil de soportar, puesto que se quedó sin trabajo, porque su pareja le ha dejado, porque no tiene economía para salir adelante y no puede comprar ni una barra de turrón”, apunta.

Más tristeza y depresión

La Navidad es también una época en la que muchas personas afrontan momentos de tristeza o depresión, sobre todo a medida que se van cumpliendo años. “No deja de ser un reencuentro con viejas costumbres, donde antes era todo alegría porque eras un niño y ahora que eres adulto, no puedes disfrutar tanto de estas fiestas; miras la silla que antes ocupaba un ser querido y que ahora está vacía o recuerdas como las anteriores Navidades la cena salió fatal y discutiste con tus familiares. Ver que por más que te has esforzado para darles a tus familiares lo mejor, tu economía no te lo permite. O tu pareja tiene que pasar estos días con su familia y tu con la tuya. O tus hijos tienen el periodo con uno de los progenitores y han de estar con una parte de la familia esos días. En definitiva, son muchos los factores que hacen que conectemos con la tristeza e incluso con la depresión. Todo ello puede derivar en un trastorno afectivo emocional (TAE)”, cuenta Carolina Lozano.

Cuando falta un ser querido

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Es un momento especialmente complejo en las familias en las que falta una persona por primera vez. “Han de pasar este momento, enfrentarse a las distintas situaciones de la vida como son las fechas reseñables. Tratar de normalizar la situación, para dar paso a la aceptación. Es una época en la que se espera que toda la familia y amigos estén juntos. Cuando esto no sucede, porque la persona falleció, afloran las emociones más displacenteras de tristeza, añoranza, culpa o no entender las cosas. Dan paso a las cuestiones como, ¿por qué ha tenido que ser a él…?, ¿debería haber hecho más por él…?, ¿Cómo es posible que ya no este con nosotros, si hace unos días estaba aquí? Son alguna de las preguntas que te puedes hacer. Permítete cuestionarte todo, pasa las distintas fases del duelo, para poder superar la situación”, nos comenta la psicóloga Carolina Lozano Fernández.

En su opinión, es recomendable que cada cual se permita recordar a su ser querido a su manera, que hable de él lo que necesite, incluso hacerle un guiño con un brindis para sentir que lo tienes presente y de ese modo ir incorporando la ausencia de tu familiar a tu vida cotidiana.

Consejos para sobrellevar mejor estas fechas

En el caso de que estemos influidos por esa negatividad en estos días festivos, ¿Qué nos recomiendan los expertos para sobrellevarlos mejor? “Sería interesante comenzar a cuestionarse ciertas preguntas: ¿Estoy así por las Navidades? ¿Resolví mis conflictos internos? ¿Estas fechas me hacen conectar con mis problemas sin resolver? Probablemente, descubras que tus problemas estaban ahí antes de las Navidades y que estas fechas solo hacen que agudicen más su parte negativa y por tanto que te encuentres más incómodo e irascible. Lo que probablemente se traduzca en mal genio, que contagie a todo tu entono de tu mal humor. Algo completamente innecesario. Cada uno, ha de ser responsable de sus emociones y estado anímico. No es correcto ir repartiendo tu insatisfacción personal con los demás de forma gratuita, ya que lo demás no se lo merecen. Es hora de ser consecuente con tus emociones y conflictos, por lo que reconocer que necesitas ayuda profesional para superar tus problemas personales, puede ser un gran avance. Te ayudarán a entender porque estas así y como superar tales situaciones”, recomienda.

Un buen momento para reencontrarnos con nosotros mismos

Lo que deberíamos hacer es buscar oportunidades en Navidad, que puede ser, de hecho, un buen momento para reencontrarnos con nosotros mismos. “Nos reencontramos con nosotros mismos, al estar rodeados de un clima navideño, nos ayuda a conectar con nosotros mimos para hacer balance de cómo nos fue este año, por lo que nos da paso a la reflexión interna para chequear como nos encontramos. Otro punto es que nos da un poco de aire fresco para poder tomar un momento para nosotros mismos, ponernos con aquellas actividades que habíamos dejado a medias como terminar de leer un libro, quedar con los amigos que siempre dices que lo harás en cuanto tengas tiempo, visitar a familiares, ir a tu antigua casa, entre otras”, cuenta la psicóloga.

Y es que, en definitiva, todo esto te hace pensar más en ti y ver que añoras, que has perdido, conectar más con tus emociones y con quien eras antes de tantas obligaciones. Ver si es necesario tomar alguna decisión para tomar un ritmo diferente en tu vida, soltar o tomar decisiones u obligaciones.

‘Tips’ de supervivencia mental

No está de más seguir algunos consejos que nos pueden ser útiles para sobrellevar mejor estas fiestas. La experta detalla algunos tips útiles:

  • Según la experta, debes tratar de comprender las propias necesidades en estas fechas y sostenerlas desde el respeto y la asertividad.
  • Si te encuentras agobiado o demasiado estresado, busca tu espacio de intimidad. Pero no olvides equilibrarlo con momentos de compartir junto a las personas queridas. Según Palomares, “es normal tener sentimientos opuestos en un momento determinado. Es decir, puedes estar triste y a la vez tener alegría o agradecimiento en una celebración”.
  • Trata de diferenciar entre lo que te apetece hacer, de aquello que haces por obligación o por presión social.